SENCILLO MANUAL PARA ASPIRANTES A LA LEGISLATURA

Nuestro sistema educativo lamentablemente no prepara al ciudadano para conocer adecuadamente cómo se supone funcione el gobierno. A pesar de nuestros esfuerzos y legislación para que se incluya en el currículo del sistema educativo (Ley 11, 5 de enero del 2002). Hay décadas de rezago y existe una generación de puertorriqueños de la cual muchos no saben el alcance de sus derechos fundamentales, incluso derecho del voto.

Ahora que vuelven a ponerse de moda las pre-candidaturas del "primero que aparezca" a la manera de relleno, por ambición, por manipulación o aún alguna candidatura de buena fe, presentamos este sencillo manual que estamos seguros evitará a cualquier pre-candidato la primera ronda de sus dolores de cabeza al enfrentarse a preguntas de la prensa.

(1) La sede de la Asamblea Legislativa es en El Capitolio de Puerta de Tierra.

(2) Para ser legislador basta con al menos leer y escribir español o inglés (se desconoce si valen las mezclas de los dos idiomas, pero lo que es seguro es que no se dan pruebas ni de lectura, ni de dictado)

(3) La manera de entrar a la Asamblea Legislativa, sea a la Cámara de Representantes o al Senado, es normalmente por el voto directo, aunque hay añadidos a mano, sustituidos a mano (como el caso de Arecibo) y manipulado por supuesto a dedo (valga la redundancia) que ya el pueblo los conoce.

(4) Es importante que la persona sea residente de Puerto Rico con un (1) año con anterioridad a su elección y nombramiento. Igual término de residencia aplica al distrito del cual sea candidato, si es que no lo es por acumulación. Para ser miembro de la Cámara de Representantes la persona tiene que contar con 25 años de edad al momento de la juramentación (por jurisprudencia). Para ser electo la persona del Senado hay que tener 30 años de edad al momento de la juramentación.

(5) Un elector puede votar por un máximo de cinco (5) personas a la Asamblea Legislativa, tres (3) al Senado, y dos (2) a la Cámara, ello incluye a un (1) Senador por Acumulación, a dos (2) Senadores por Distritos a un (1) Representante por Acumulación y a otro representante por distrito. Es importante entender que esto va a cambiar cuando la Asamblea Legislativa sea unicameral por lo que en su momento se hablará solo de legisladores y no de Senadores y Representantes, salvo que el cuerpo consolidado se llame Senado o Cámara.

(6) Atención : No debe confundirse la aspiración al Senado por la de Representante por Distrito, ni la de Representante o Senador de Distrito con el de Acumulación; ésta es una de las confusiones más comunes de los neófitos. El legislador por Acumulación representa a todos los electores de Puerto Rico y se eligen once (11) en la Cámara y once (11) en el Senado.

(7) Tampoco pueden confundirse los cargos por Senador por Distrito y los Representantes por Distrito. En cada distrito senatorial hay cinco (5) distritos representativos, puesto que Puerto Rico esta dividido en cuarenta (40) distritos representativos y en ocho (8) senatoriales.

(8) Mucho cuidado : No debe confundirse el Distrito Representativo con el Precinto. Esto último marca un deslinde particular electoral y puede haber mas de un precinto en un distrito representativo, pues hay bajo la actual redistribución electoral ciento once (111) precintos demarcados.

(9) Muchísimo cuidado : Existen municipios multidistritales y existen distritos que agrupan más de un municipio. Por ello es posible que el elector de un distrito representativo en un municipio multidistrital vote por un candidato al Senado o a Representante por distrito que no resida en su municipio y para el caso un Representante por Distrito que tampoco resida en su distrito representativo.

Como verá el lector este simplísimo manual aunque algunas personas no tomen en serio el tema de lo que debe ser un legislador y aunque existan legisladores que no se conduzcan con seriedad o profesionalismo, el asunto, reitero, no es tan sencillo como parece.

Pero a nadie debe extrañarle el profundo desconocimiento sobre el proceso gubernativo y legislativo. Sucede con este tema algo parecido a lo que espero este sucediendo menos con la enseñanza del inglés. Un pésimo gobierno genera a veces profunda indiferencia de parte de muchos de los gobernados. Si se enseña mal el inglés o se atosiga, a veces la reacción del estudiante es negativa. Ninguna de las dos (2) cosas son buenas.

Hace poco más de 20 años cuando enseñaba el curso de Proceso Legislativo en la Universidad me topé con la experiencia de encontrar en una prueba diagnóstica que más de un 80% de los estudiantes desconocían el contenido de lo resumido en esta página. Eso fue a nivel de bachillerato. Más tarde encontré que una proporción similar de estudiantes de Derecho tampoco conocían este contenido. Evidentemente estaban matriculados en el curso correcto por que 80 módulos similares fueron impartidos en la clase.

No voy a mencionar nombre, pero encontré como compañeros de salón a personas que fueron o son hoy día legisladores y jefes de Agencia.

De aquella experiencia nació la intención de aquello que vino a ser mutiladamente la Ley 11 antes mencionada.

Si a la gente, al Pueblo, no se le enseña cómo funciona el gobierno jamás será posible que se defienda eficazmente de sus injusticias. Si a las personas no se les enseñan sus derechos fundamentales (civiles y humanos) no estarán en condición de reclamarlos, ni de promover su expansión.

No debe extrañar a nadie entonces la trágica paradoja de que el presupuesto que se le asigna a la Comisión de Derechos Civiles equivalga a veinticinco (25) centavos por cada habitante al año, es decir alrededor de un millón de dólares anuales.

Ni debe sorprendernos tampoco que el Departamento de Educación apenas mueva un dedo para logar una cultura de paz a través de la solidaridad que genera el conocimiento y el respeto a los derechos fundamentales. Los sinsabores y los dolores de cabeza de precandidatos que están floreciendo en días recientes (quiera Dios que por buenos motivos) y su desconocimiento enciclopédico, lejos de ser motivo de risas y burlas, deben provocar una profunda preocupación en los lectores.

Aparte de lo que sabemos del Departamento de Educación y el presupuesto de la Comisión de Derechos Civiles debemos preguntarnos ¿que están haciendo los partidos políticos que reclutan candidatos a lo loco para orientarles? ¿Qué están haciendo las cooperativas, u otras organizaciones sociales y religiosas y profesionales para promover este conocimiento? ¿Qué está haciendo usted o nosotros para inculcar y promover un estado de derecho basado en una cultura solidaria donde se respeten los derechos fundamentales?

A través de esta página iremos completando este simplísimo manual y en la sección de multimedia colocaremos capsulas y talleres sobre estos temas. Todos podemos hacer algo que no sea reírnos del desconocimiento ajeno que en este como en tantos casos puede ser perjudicial a todos.