El globo de la globalización es una bola que aplasta. Mueve los capitales a la velocidad del rayo, pulveriza y concentra la riqueza, atraviesa fronteras arrasando mercados y empleos, hace colapsar bolsas, hace más ricos a los ricos y a los pobres... que los ayude Dios.
Uno observa ese globo como si se tratase de una película frenética donde los encuadres y tomas pasan vertiginosamente, mientras entre absortos y medio congelados sabemos que algo muy grande y malo -a la manera de una catástrofe- sucederá en algún lugar que deseamos intensamente no sea el país propio.
Lo espectacular -también es mediático y espectáculo- del fenómeno de la globalización de los mercados y de las economías no es sólo lo veloz, sino el número formidable de transacciones diarias -millones en un solo día- que afectan la vida en todo el orbe.
Cada una de esas millones de transacciones está acompañada de una o de varias decisiones de negocio que afectan las vidas de muchas personas a veces de una manera triste y hasta trágica. Sin embargo, nos percatamos solamente de lagunas de esas decisiones cuando se afecta alguien cercano a nosotros. Pasa como con el crimen... que es si no hasta cuando se afecta a un familiar o un amigo que tomamos nota concienzuda de que existe y de que nos puede afectar.
La semana pasada se anunció una de esas decisiones que acompaña a una de esas millones de transacciones que se hacen a diario en la economía de mercado globalizada. De una emisora radial am fueron botados-cesanteados 15 empleados. Algunos tenían hasta casi tres décadas de servicios prestados a esa emisora y al Pueblo que se servía de sus noticias.
La causa cercana de esa decisión que afecta la vida de esos 15 trabajadores ha sido sin duda la reestructuración provocada por la adquisición de esa cadena radial por una corporación multinacional y el comercio masivo de programación enlatada que sobrevendrá con los consabidos desplazamientos de la producción y de la programación local.
No tengo la menor duda que cientos de decisiones como esas se toman todos los días en Puerto Rico por su absurda carencia de los elementos más rústicos de un sistema inmunológico que lo protege siquiera parcialmente a través de los poderes que da la soberanía y los tratados bilaterales y multilaterales, Puerto Rico está penosamente indefenso, sin mecanismos que tan siquiera lo protejan mínimamente frente al Leviatán de la economía y de ese mercado global triturador.
El viernes pasado perdieron sus empleos 15 trabajadores en tan sólo un caso, el de WKAQ radio. ¿Hasta cuándo permaneceremos cruzados de brazos como simples observadores de un proceso en el cual se nos va la vida?
martes, 5 de junio de 2007
LA GLOBALIZACION DEL DESPLAZAMIENTO
Publicado por
Víctor García San Inocencio
en
16:22
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2 comentarios:
Como podemos enfrentar,lo que es sostenido por el Mequetrfe" de turno.Estamos axficiados,y mentalmente afectados.Dios es el sistema,la globalizacion es cristo o la virgen y la fe se va al infierno creado por las religiones que nos "evangelizaron".Como?
Puerto Rico está penosamente indefenso, sin mecanismos que tan siquiera lo protejan mínimamente la economía y de ese mercado global triturador. La industria del cafe se esta desvaneciendo por falta de mano de obra la cana no se siembra hay crisis en Puerto Rico, porque no usan los recursos adecuadamente
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