domingo, 14 de octubre de 2007

EL LEGISLADOR INCOMPLETO Y LA BUSQUEDA DE LA TIRANIA

Aunque en una colonia por definición no hay
democracia, porque manda el gobierno de otro pueblo,
el reparto de atribuciones en las tres ramas y la
existencia de una rama representativa (legislativa)
robusta, podría ayudar a evitar la existencia de una
tiranía al cuadrado. (La tiranía de la Metropolis y la
de un gobernador colonial convertido en ejecutivo jefe
de Puerto Rico, Inc, paraíso del inversionismo
político).

Siempre para estas fechas anteprimaristas revive la
discusión de si hace falta o no un legislador a tiempo
completo. Ese debate se sustenta sobre premisas
extrañas. En algunos casos se confunde el
incumplimiento que exhiben algunos legisladores con
sus deberes y obligaciones, con lo que debe ser una
función legislativa cabal en una sociedad plagada de
problemas, con un gobierno carcomido e implosionante
que requiere atención intensiva constante.

La función de hacer las leyes, de fiscalizar la marcha
de los asuntos públicos, de velar por el ejercicio
sano del gobierno, de ayudar a investigar la
corrupción, de atender la política pública que respona
a los enormes problemas sociales, económicos y
políticos, no es una asunto ni de calendarios, ni de
horarios. Demanda trabajo duro diario, estudio y
concentración.

De la misma manera que nadie propondría que los
maestros, los policías, ni el resto de los empleados
públicos dejen de trabajar a tiempo completo sólo es
comprensible la propuesta del legislador que no sea a
tiempo completo a la luz del sentimiento de
desaprobación que generan los que han incumplido con
sus obligaciones.

Bastaría examinar las raíces de esos incumplimientos
que tanta verguenza ajena pueden hacer sentir para
darnos cuenta que otra vez más "la enfermedad no está
en las sábanas", ni en los síntomas. Y que hace falta
atender correctamente esos síntomas para llegar al
diagnóstico correcto para poder curar la enfermedad.

Considero que gran parte del problema está en la
manera en que los partidos políticos seleccionan sus
candidatos a la Asamblea Legislativa, al inmenso
control que de antemano ejerce sobre estos la figura
de quien podría ser el Gobernador (quien controla el
95% del gobierno) y los criterios bajo los cuales los
electores votan por los candidatos que resultan
electos.

Hemos defendido una Asamblea legislativa unicameral
con representación proporcional más pequeña y más
ágil, con pleno ejercicio de sus prerrogativas en un
sistema de separación de poderes. Ello requiere
necesariamente legisladores completos a tiempo
completo.


Para contribuir a su no nominación y derrota
enumeremos algunas características del legislador
incompleto:

Llega a votar al Hemiciclo a última hora sin saber
siquiera por lo que está votando.

No posee, ni entiende, ni domina los principios
básicos del gobierno, de la gestión pública y de la
administración.

No conoce el Proceso Legislativo.

No sabe lo que es la separación de poderes, ni como
debe operar.

Conoce vagamente las prerrogativas que con sus votos
el Pueblo le ha dado.

Es un sello de goma de cuanto proponga el gobernador
de turno.

Pasa brevemente por una Comisión a estampar su firma
en la hoja de asistencia, pero no le interesa lo que
se evalúa, no le importa lo que resuelvan o no podría
entender lo que se considera.

Asiste a las vistas públicas sin prepararse, sin
conocer la medida que se evalua o la investigación que
se promueve y pregunta o politiqueramente o dándole
vueltas a la noria, o repitiendo las nismas preguntas
de siempre.

Es un niño de mandados del cacique(s) ( alcalde(s) )
que controla(n) su elección.

Renunció a tener criterio propio cuando se apuntó para
las primarias.

Aspira a ser alcalde y su pasar por la Asamblea
legislativa es sólo una prueba.

Trabaja menos de 12 horas al día o es alérgico a
trabajar los sábados y los domingos.

No contesta cartas, llamadas o requerimientos para
atender un asunto de interés público de las personas,
entidades o comunidades que solicitan su intervención.

No puede informar de lo que está pasando en el
Ejecutivo, las Corporaciones Públicas, los municipios,
en la Rama Judicial ni en la propia Asamblea
Legislativa.

No estudia la realidad social, económica, cultural,
política e histórica del país.

No educa, ni es educado, ni se preocupa por adelantar
el progreso (calidad de vida, bienestar o conciencia)
de sus representados.

No pregunta, no enmienda, no debate dialógicamente, ni
le interesa enriquecer la búsqueda investigativa, ni
la corrección de la legislación, ni el historial
legislativo.

Nunca ha escrito un voto explicativo o no sabe lo que
es eso.

Deja que sus asesores hagan todo el trabajo, pero
escoge asesores con menos vocación para el trabajo que
él tiene.

No escucha, no analiza, todo lo convierte en una
guerra, no dialoga.

Cuando negocia, si lo hace es para renunciar a un
asunto de principios o para alguna componenda.

Revienta al Pueblo con lo que aprueba o con las
medidas que derrota y no le importa.

Sirve a intere$e$ superiores.

Se plega ante los poderosos intereses mediáticos y se
mece a su compás.

Aspira a poder trabajar fuera del Capitolio, a ejercer
su profesión (si la tiene) acompañada del título y la
influencia y ventajas indebidas que le ofrecen ser al
mismo tiempo un legislador.

Aun cuando entienda la grave responsabilidad del cargo
y las largas jornadas que demanda preferiría ser
legislador trunco a tiempo parcial, dedicarse a lo
otro y convertir a la Asamblea Legislativa en una
bolsa de inversionistas y en un ente nominal de la
gestión pública rindiéndole todas sus facultades al
Ejecutivo para que haga más lo que le dé la gana.

El electorado puertorriqueño debe escoger con todos
los elementos de juicio a la mano los candidatos que
entienda responden mejor al legislador cabal y
completo.

La prédica del legislador a tiempo parcial -sin
proponérselo o a sabiendas- es una apuesta insensata
para la eliminación a plazos del sistema
representativo y para la concentración de facultades
en un sólo ente. Llámese Gobernador o ejecutivo
principal (chief executive officer) de "Puerto Rico
Inc." la tierra de las oportunidades del inversionismo
político.

Esa es la tiranía contra la cual nos advirtieron
quienes idearon la separación de poderes.


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3 comentarios:

Unknown dijo...

Representante, también podemos sacar otra lista igual de larga para explicar porqué el legislador a tiempo completo no funciona.

Yo prefiero tener mediocridad a tiempo parcal que a tiempo completo. Hacen menos daño al pais.

Más alla de la ausencia de una visión clara, en la legislatura existe una misión a corto plazo de sabotear al gobierno de turno y de promover agendas propio-sirvientes.

EL egoismo y la polarización colectiva multiplica la incoherencia gubernamental que nos arropa. Esta va acompañada de un insostenible numero de proyectos para satisfacer a grupos e ideologías. Hoy se aprueban casi el doble del numero de leyes que cuando estaba el legislador ciudadano.

Hasta donde vamos a llegar con tanta ley (mala). SOlo por este punto nada maás vale la pena re-evaluar el trabajo del legislador a tiempo completo. Simple y llanamente tenemos demasiadas leyes y nos está afectando. Esta es una islita,no un continente.

El legislador a tiempo parcial por lo menos reduciría el número de leyes y dejaría de atraer a tanto vago y oportunista que no cualifica para emplearse en un trabajo serio.

Claro usted si es un legislador a tiempo completo; es la carrera que usted eligió y lleva ejerciendo por largo tiempo. Me precunto si usted pensará igual cuando decida retirarse.

Unknown dijo...

Representante, también podemos sacar otra lista igual de larga para explicar porqué el legislador a tiempo completo no funciona.

Yo prefiero tener mediocridad a tiempo parcal que a tiempo completo. Hacen menos daño al pais.

Más alla de la ausencia de una visión clara, en la legislatura existe una misión a corto plazo de sabotear al gobierno de turno y de promover agendas propio-sirvientes.

EL egoismo y la polarización colectiva multiplica la incoherencia gubernamental que nos arropa. Esta va acompañada de un insostenible numero de proyectos para satisfacer a grupos e ideologías. Hoy se aprueban casi el doble del numero de leyes que cuando estaba el legislador ciudadano.

Hasta donde vamos a llegar con tanta ley (mala). SOlo por este punto nada maás vale la pena re-evaluar el trabajo del legislador a tiempo completo. Simple y llanamente tenemos demasiadas leyes y nos está afectando. Esta es una islita,no un continente.

El legislador a tiempo parcial por lo menos reduciría el número de leyes y dejaría de atraer a tanto vago y oportunista que no cualifica para emplearse en un trabajo serio.

Claro usted si es un legislador a tiempo completo; es la carrera que usted eligió y lleva ejerciendo por largo tiempo. Me precunto si usted pensará igual cuando decida retirarse.

Unknown dijo...

Representante, también podemos sacar otra lista igual de larga para explicar porqué el legislador a tiempo completo no funciona.

Yo prefiero tener mediocridad a tiempo parcal que a tiempo completo. Hacen menos daño al pais.

Más alla de la ausencia de una visión clara, en la legislatura existe una misión a corto plazo de sabotear al gobierno de turno y de promover agendas propio-sirvientes.

EL egoismo y la polarización colectiva multiplica la incoherencia gubernamental que nos arropa. Esta va acompañada de un insostenible numero de proyectos para satisfacer a grupos e ideologías. Hoy se aprueban casi el doble del numero de leyes que cuando estaba el legislador ciudadano.

Hasta donde vamos a llegar con tanta ley (mala). SOlo por este punto nada maás vale la pena re-evaluar el trabajo del legislador a tiempo completo. Simple y llanamente tenemos demasiadas leyes y nos está afectando. Esta es una islita,no un continente.

El legislador a tiempo parcial por lo menos reduciría el número de leyes y dejaría de atraer a tanto vago y oportunista que no cualifica para emplearse en un trabajo serio.

Claro usted si es un legislador a tiempo completo; es la carrera que usted eligió y lleva ejerciendo por largo tiempo. Me precunto si usted pensará igual cuando decida retirarse.