La industria de la impunidad es sin duda la punta de
lanza de esta administración PPD. Cuando se trata de
excusar la conducta de funcionarios de alto nivel
abundan las toallas a granel como en los mejores
tiempos de la alicaída industria de la aguja.
El toallazo del viernes pasado vino a colmar la copa
---a propósito de copas--- en lo que a exoneraciones,
relativizaciones y archivos se trata. Una corte
especial para la cúpula pepedeísta opera de facto en
Puerto Rico al final de la calle Fortaleza. Todo se
admite, todo se acepta, todo es relativo. La única
moral que importa es la de la supervivencia. A lo
hecho, espalda, que lo demás es percepción pública y
manipuleo a vuelta redonda.
Cuando la impunidad reina, gobierna el impune.La misma
persona que tiene derecho a escoger el fiscal y el
juez que encausan a su adversario. El impune que
exonera a sus allegados y quiere escoger al
investigador de sus dudosos manejos del dinero
"donado".
La controversia puede girar (y al gobernante le
convienen esas distracciones) entre el Paseo Caníbal
-digo Caribe- o las andanzas de "Speedy" Silva Puras,
da igual. Al final todo es una tiendita popular.
El episodio del Secretario de la Gobernación es el
punto más alto en la escala del descaro. Resulta que
ser una persona trabajadora que no tiene horarios es
la última excusa bajo la manga para un episodio que no
ha debido ser chanchullado, pues resalta de la propia
versión de Speedy Silva Puras que lo agarraron
conduciendo un vehículo a las millas de chaflán y con
un tufo espantoso de esos que obligaron al agente
interventor a detenerlo, impedirle guiar y llevarlo al
cuartel más cercano a hacerle la prueba de alcohol.
El sospechoso Secre del Palacio de la Impunidad -Santa
Catalina- se ahorró el pasito de soplar y la
comparecencia ante un juez, luego de una llamada al
Superintendente o a otro alto oficial policiaco , y
poco después que Speedy le explicase su nombre, rango
y número de serie al oficial que cumplió con su deber
hasta ese momento. Tales señas, las de la Convención
de Puerta de Tierra-PPD, no la de Ginebra, fueron
suficientes para la exoneración instantánea.
Varias horas después de las varias copas y llamadas un
operativo de masajeo a la opinión pública y de control
de daños con conferencia de prensa y todo, "puso fin"
al asunto. El concepto-estribillo "dar frente" alcanzó
su enésima acepción. "Silva Puras es un hombre
trabajador, honesto que da el frente", dice el libreto
de la ocasión. El tufo de las varias copas de vino fue
sustituído por el del encubrimiento.
En menos de doce horas descendimos un escalón más en
la larga escalera de la relativización de las normas,
del favoritismo y del desgobierno. Se supone que ahora
todos veamos en el Secre de la Gobernación la figura
de un hombre trabajador y honrado que pagará una
multa. Qué pena que antes de hundir el clavo o el
chambón no hubiese pasado la llave.
Se me dirá que soy muy severo. Pero la memoria es
corta... ¿Acaso no fue ascendida a sub-Secretaria de
la Gobernación -la sub de Silva Puras- una persona que
fue encontrada incursa en violaciones a la Etica
Gubernamental y multada en $20,000 dólares? ¿Acaso no
se recuerda que esa funcionaria organizó una quincalla
recaudaora entre sus empleados a beneficio del PPD y
que la Oficina de Etica Gubernamental la encontró
incursa y la multó por perseguir a un empleado que no
quiso aportar a la recaudación? ¿Nos hemos olvidado
tan pronto de que esa oficina gubernamental era el
buque insignia de la adminitración pública que debía
sentar la pauta para que tal inmoralidad no suceda?
¿No es allí -a la vista, ciencia y paciencia de Silva
Puras, donde se ha exonerado a Nazario Lugo, protegido
político y jefe-candidato por sus manejos fiscales
torpes llegando a botar la semana pasada a quien le
señaló ante los federales?
No todas las lavadoras son necesariamente tienditas.
En Fortaleza hay otra lavadora que exonera a los
miembros de la cúpula leal del PPD. Son uno para todos
y todos para exonerar al Gobe que tanto lo necesita.
El señor Secre de la Gobernación debería evitar guiar
intoxicado. Es más, deberían suspender esas bebelatas.
Si toman y van a guiar deben pasar la llave. No se
extrañe nadie que si vuelven a agarrar a otro alto
funcionario borracho como tuerca éste le pida a Speedy
Silva Puras que le pase la toalla.
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